viernes, 18 de septiembre de 2009

Mónica... mi ex

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Hace exactamente veinte años una joven mujer llamó mi atención dada su simpatía, ella se llamaba Mónica, la conocí en una fiesta a la que fui invitado y a la que ella también concurrió, la invité a bailar y ella lo aceptó por lo que estuvimos bailando largos minutos.

En determinado momento la invité a ir a tomar aire afuera también lo aceptó y fuimos a conversar al patio mientras que todos los demás quedaban bailando dentro de la casa.

Nos sentamos en un banco del jardín y algunos minutos después estábamos abrazados y besándonos, comenzamos a "noviar", diariamente iba a visitarla a su casa, pasábamos largas horas conversando.

Yo trataba de convencerla de que cogiéramos.

La convencí casi de "prepo", un día la tomé sobre el sillón y sin más, subí su pollera, bajé su bombacha y la penetré, con esfuerzo porque ella era virgen y mucho se resistía...con ella no fue agradable...tenía miles de miedos.

En esas condiciones estuve dos meses, hasta que me cansé y la abandoné, yo solamente buscaba cogerla y nada serio.

Nos dejamos de ver.

Hasta que me enteré que se había casado y se había marchado a otra ciudad muy alejada de la mía.

Hace muy pocos días andaba yo caminando por el centro y de repente vi a una mujer con una conocida forma de mirar, aunque de inmediato no la reconocí, ella estaba sentada a la barra de una confitería y algunos metros después de haber pasado frente a ella, la recordé... era Mónica.
Volví sobre mis pasos y fui donde ella, alegre por haberla encontrado aunque sin saber como me iba a recibir.
Cuando llegué a donde estaba, ella me esperaba con una hermosa sonrisa en su boca... me había reconocido también.
Me invitó a sentarme con ella, a una mesa.
Le dí un beso en su mejilla y pedí una bebida al mozo.
Le dije:..."Mónica, como estás?... cuanto hacía que no te veía"...

Ella me contestó: ..."tardaste en reconocerme"... "o no te acorabas ya de mí"

..."A decir verdad, tardé algo en reconocerte, pero fue simplemente porque no esperaba verte, nunca podría olvidarme de ti"... le dije
..."¿que me cuentas de ti?"...

Me contestó..."Te contaré que me casé... con un hombre muy atento conmigo, mucho más de lo que lo fuiste tu"...

..."Sucede que en ese tiempo yo era muy joven, tal como tú y pensaba de distinta manera que como pienso ahora, pero en cierta forma no te olvidé"...le dije.

Me dijo..."yo tampoco te olvidé a ti...nunca... ni a ti ni a tus propuestas"...


.."La verdad es que te deseaba tanto que podría haberme vuelto loco si no te dejaba"... agregué..."fuiste mi amor no concretado"...

..."Así es la vida... Patxy ..."¿y a tí como te ha ido?"...me preguntó.

Le contesté..."yo también me casé, no puedo quejarme de Miriam, mi mujer...aunque a tí te recordé mucho tiempo, a pesar de todo"...
Entonces fue que ella me preguntó:..."dime, Patxy, ¿tu algo me querías, en ese tiempo?"...
..."Claro, le contesté, te quería... estabas tan buena...como para nunca dejar de quererte y perderte...sobre todas las cosas te deseaba"...

..."Te diré algo"... me dijo..."pero no te rías"...

"yo también te quise, pero hay algo más, yo también te deseaba con todo el corazón, quería acostarme con vos, que me cogieras todo lo que quisieras, pero me costaba mucho decidirme"...

..."Te confieso"... dijo Móni..."que me quedé con muchas ganas de tí"...
..."No tengas ninguna duda de que yo también me quedé con muchas ganas de vos"... le dije.

Y me replicó:..."¿sabes?... todavía pienso en ti y me vienen ganas de estar contigo... pero respeto a mi marido, no podría nunca traicionarlo"...

Con todo lo que ya estaba dicho, creí que no me quedaba otra alternativa que intentarlo nuevamente, retrocediendo en el tiempo... le pedí que me invitara al lugar adonde ella estaba viviendo ahora... me dijo que estaba en un hotel ya que estaba en esta ciudad por razones de trabajo.

Lo pensó un momento y luego me responde: "...no quiero sentir deseos de cometer un error"..."por mi marido y por tu mujer"...

..."Sabes, Mónica?... daría mi vida por acostarme con vos, ahora mismo, como sucedió hace tantos años... por favor, Mónica, no te niegues ahora nuevamente, déjame tenerte, solo un momento, unos minutos solos en tu hotel... déjame hacerte el amor... quiero conocer tu piel desnuda pegada a mi piel desnuda... quiero conocer el sabor de tu concha... quiero sentirte gimiendo bajo de mi cuerpo y rozando con mi cara tu perfumado cabello... quiero saborear tu lengua... y la dulzura de tu boca...

Ella bajó su mirada y susurró:..."hace mucho que quiero eso yo también... ven al hotel te entregaré mi cuerpo para que hagas de él lo que quieras...es lo que hace mucho deseo... ya no me importa mi marido ni tu mujer, mi amor"...

Pagamos al mozo y nos alejamos rumbo al hotel, al llegar me guió hasta su habitación, una hermosa habitación cálida y acogedora. Cerro la puerta y ambos

nos abrazamos como nunca antes lo habíamos hecho,

juntamos nuestros

cuerpos en un contacto como nunca antes había sido y nos besamos juntando nuestras lenguas con desesperación, allí me dí cuenta que Mónica nunca había perdido su juventud.

Nos sentamos en un amplio sillón dispuestos a entregarnos

mutuamente mis manos recorrieron su cuerpo con

deleite durante largos minutos.

Ella comenzó a desnudarme, de a poco y yo a ella hasta

quedar ambos totalmente desnudos en el sillón.

Sentimos por fin el contacto de nuestra piel sin ropa de por medio y ella por fin me lo pidió:

..."cógeme Patxy; hoy soy para tí... cógeme"... Tenía una mirada llena de pasión y deseo, llena de lujuria y dramatismo. Se acostó sobre la alfombra y yo la cubrí con mi cuerpo, llenos de ganas del uno por el otro, llenos de ternura.

Abrí sus piernas con las mías y ella me ofreció su concha
esperando que le penetre mi pija endurecida, yo lamí sus
tetas y fui bajando hasta su concha y comencé a
chupárcela con cuidado primero, con desesperación
después, ella gemía... gemía y disfrutaba... luego volví a
besarle sus labios y la penetré... ella me envolvió la
espalda con sus piernas... a los pocos minutos tuvo
un orgasmo... minutos después otro... y otro más...
después me vino el deseo de acabar en el momento en que a ella le venía otro orgasmo y así lo hicimos juntos... ella gimió como nunca, al igual que yo... hasta que ambos, rendidos, nos recostamos para descansar.

Minutos después ella buscó coger nuevamente... yo nuevamente me apasioné, la abracé comencé a besarla de nuevo en las tetas, pasando a la espalda,
..."tienes una hermosísima piel"... le dije..."déjame disfrutarla"...

Besaba yo la piel de su espalda, tomé sus caderas y la
giré sobre la alfombra con la intención de cogerla por el
culo... ella se resistía... apoyé mi pija en su ano, ella dijo:
..."no, Patxy... allí no, por favor"...

..."Si mi amor, sé completamente mía... no te resistas, siente mi pija"...

Ella con su mano derecha tapaba el anillo de su culo, yo empujaba...
Ella ya no decía nada, su deseo pudo más.
Comenzó a gemir... de a poco fue retirando su mano y acariciándome la pija... tomándomela y haciéndome
tocarle con ella el anillo... supe que ahora la quería...
Comencé a hacer más fuerza... comencé a penetrarla, ella
comenzó a moverse cadenciosa y rápidamente, muy
rápidamente y empezó a dejarse
culiar por completo... con mucho trabajo la penetré
completamente y ella gozó como nunca.
Ese fue mi primer día de amor, (después de mucho
tiempo) con Mónica, mi ex novia y que a
partir de ese día, sería mi amante.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A Pesar De Su... Oposición?...

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Hace unos día te conté lo que me sucedió con mi querida y recordada profesora de castellano... recuerdas?.
Yo
tenía catorce años y todo para mi fué impactante y sorprendente.

El relato que te traigo aquí también es sorprendente. Ya que me sucedió cuando tenía yo casi veinte años.
Hacía varios años que mi tío Albert, muy querido por mí (era uno de los hermanos de mi madre) se casó, lo hizo con quién fué su novia desde la juventud.

Ella era una mujer no muy bonita, sí muy simpática y bien formada. Se llamaba Blanch mi tía.

Siempre paseábamos con ellos, (mi tío y mi tía) en su auto muchas veces con mi madre y algún que otro invitado o invitada a disfrutar de un lindo paseo ensu vehículo.

Una mañana fueron a buscarnos para ir hasta un campo cercano a pasar el día, como mi novia Alice se encontraba conmigo, en esa oportunidad, también la invitaron a ella, a mi madre y mi hermana

.

Fuimos, todos nos divertimos mucho, en el viaje de vuelta traíamos algunas cosas para nuestras

casas, las que ocupaban un lugar extra en el coche, por lo tanto mi tía quiso que yo fuera en el asiento delantero con ella al centro y mi tío que conducía y el resto de la familia, en el asiento

trasero, ya era casi de noche.

Mientras viajábamos conversábamos animadamente todos y reíamos en un ámbito de gran cordialidad entre todos.

De repente sucedió algo que llamó mi atención, mi tía tocaba repetidamente

mi pierna como si quisiera indicarme cosas al hablar, pero cada vez

que me tocaba lo hacía en forma más

acariciante, yo temía que mi tío se diera cuenta de ello.

Pero la verdad es que a mi me agradó demasiado eso, claro que respetaba a mi tío, por un lado y por otro pensaba que solamente yo me lo había imaginado todo, que mi tía nunca quiso sugerirme nada.

Todo para mí quedó como si nada hubiera sucedido.

En otra oportunidad, siendo temporada de verano, fuimos todos, a la noche al parque de la costanera del río, donde había juegos infantiles, todo, yo creo, con el pretexto de llevar a su pequeño hijo Richad a jugar a los columpios.

Recuerdo que el niño se columpiaba en uno de ellos y mi tía fué a otro más apartado y desde allí me llamó para que le ayude a columpiarse, fuí, comencé a empujarle desde su espalda y a hamacarla fuertemente y ocurrió algo que me llamó la atención, me dijo:

..."no me empujes por la espalda, la tengo dolorida, empújame del asiento del columpio..."

Así hice con cuidado cuando venía ella impulsada hacia atrás, agarraba con cuidado el asiento y volvía a empujarla.

Mientras mi tío se distraía mirando el agua del río pasar.

En un momento ella ponía su cuerpo, al venir, de tal forma que suavemente rosaban mis dedos con su culo, si yo cambiaba de lugar la mano, ella cambiaba de lugar la cola, y así siempre, comencé a volverme loco de deseos por ella, aunque durante muchos días lo callé.

Un día, Blanch me llamó por el teléfono a mi casa y me dijo que mi tío haría un rico asado que vaya a comerlo con ellos.

Fuí, pero seguramente con mi pensamiento en ella, cambiado, ahora la miraría distinto.

Al llegar me dice:

..."sabes, Ingel, Albert tuvo que ir a trabajar, y Richad,(el hijo) se fué al cumpleaños de un compañero, va a tardar en venir...pero yo estoy haciendo el asado en el horno... ¿quieres quedarte igual?..."


"claro"... contesté y mientras charlábamos de cosas pueriles volvió a mí el deseo por ella, yo pensaba "ella preparó todo... quiere estar conmigo"


En ese momento decidí cogerla, solamente que nunca iba yo a

iniciar la propuesta, iba a dejar que ella la inicie y después... lo que Dios quiera.

Comimos el rico asado que mi tía había cocinado y estabamos tomando un vaso de vino cuando ella me preguntó: ..."¿como te va con Alicia, Ingel?... supongo que bien..."

"si, bien"... le contesté, "... es linda, ¿viste?" le dije...

"Ya tuviste amores con ella?" - dijo Blanch -

"Amores?- le pregunté.

"Te pregunto si has tenido sexo" y agregó "... bah!... digo si la has cogido...".

Me sorprendió su forma de preguntar, hice como si no hubiese escuchado "...Si, algunas veces..." - le contesté-

"Es jovencita"... agregó Blanch... "haz tenido novias mas maduras que ella?..."

"No"... le contesté...(pero acordándome de la de Castellano)

"No me digas que les tienes miedo?" -dijo ella-


"No, miedo ninguno, es que nunca se me ha dado así"-respondí-

"Yo creo que sí, les tienes miedo a las maduras, miedo a lo desconocido, pero es mucho lo que te puede dar una mujer madura" - agregó -

"No, tía, no les tengo miedo, pero a lo que sí les tengo miedo es a sus maridos... no te parece?"

Ella se rió con ganas y retrucó: "¡si!... les tienes, miedo.. les tienes miedo... miedoso..."

Luego decirme esto último se acercó a mi y comenzó a hecerme cosquillas, mientras me

decía:"...miedoso... miedoso...".

Mi pija se había parado yo realmente a ella le tenía miedo, no por ser mujer, sino por ser mi tía.

Seguía haciéndome cosquillas y repitiendo "eres un miedoso" yo no pude aguartarme y cuando estuvo más cerca mío, le dí un beso en su boca.

Ella me miró como enojada y dijo: "ahora le diré todo a tu tío, alcánzame si puedes" y se metió en su dormitorio.

Yo fuí tras ella, Blanch estaba detrás de la puerta, cuando pasé me agarro de la cintura y me tiró sobre la cama.

Allí se tiró sobre mí y me besó ella en la boca. Yo comencé a tocarle las tetas hermosas que tenía,
ella gemía, de repente retiró mis manos, se alejó de mí y me dijo:"...Ingel, no quieras cogerme...

soy tu tía... soy la mujer de tu tío..."

Me dió mucho rencor... tenía muchas ganas de cogerla... me levanté... fuí hasta ella... la tomé fuertemente de sus brazos y la tiré sobre la cama.

Me tiré sobre ella... ella luchaba por zafar, pensé que ahora ella había cambiado de idea, me pegaba donde podía, en la cara, en el pecho, me tiraba del pelo, pero, algo que me llamó la atención... no gritaba ni pedía auxilio.

En un momento chocó su cara contra mi cara y me hizo doler... me dió rabia...la tomé del pelo... tiraba fuertemente de él hacia la cama.

Para zafar de esa situación ella quedó de espaldas hacia arriba, yo me

tiré sobre su espalda y le

apoyé mi pija en su cola... ella me dijo: "...hijo de puta...no se

te ocurra"...

Le inmobilicé los brazos sobre su espalda, ella ya no se podía

mover, le dije: "...hija de puta eres tú... hace mucho tiempo que me estás proponiendo esto... ahora te voy a coger... te voy a coger tanto que nunca más vas a querer coger con nadie, si no es conmígo... voy a ser tu hombre de hoy en más"...

Ella lloraba, silenciosamente e inmovil como estaba. Yo le levanté su vestido, acaricié la bonita piel de sus piernas, mientras ella lloraba yo acariciaba sus piernas tan bien torneaditas.

Me decía. "...no, Ingel, no..." y se removía furiosamente en la cama sin poder desprenderse de mí.
Subí bien su vestido luego de lo cual arranqué sus bombachas, ella casi no se movía, estaba
extenuada, solo repetía:"...no,Ingel,no...".

Empujándola con mi mano derecha sobre el colchón para que no pueda incorporarse abrí sus piernas, me arrodillé entre ellas y me acosté sobre sus nalgas.

Tomé mi pija con la mano y comencé a buscarle el anillo de su culo con la punta de mi miembro, puse la cabeza en el anillo acerqué mi boca a su oido y le dije: "...estoy loco por vos, tía, no puedo dejar de cogerte... te va a gustar...".
"...Por el culo no..." -me dijo ella- "...por el culo no quiero"... "ni a tu tío se lo permito, Ingel, déjame dar vuelta y hazme lo que quieras, pero por el culo no"

Pero ya estaba decidido, se la metería en el culo, comencé a moverme suavemente... noté que ella se iba distendiendo, largos minuto estuve casi rozando su anillo, cuando me dí cuenta que ella también se estaba moviendo, buscando su gozo, de repente, inesperadamente para ella de un súbito empellón, hice que mi pija, con mucho trabajo se metiera dentro de su apretado culo, su grito fué alto cuando sintió el dolor de que una pija se le metiera en el culo por primera vez, se la metí casi toda y ella lloraba, gemía, insultaba, trataba de escapar y yo la tenía alli, tan indefensa, tan mía, y se lo decía susurrándole al oido mientras buscaba la eyaculación: ..."eres hermosa, tía, y estás indefensa, eres totalmente mía, júrame que nunca otro te cogerá por el culo...de hoy en adelante solamente yo... júramelo, por favor..."

Ella giró entonces su cara y dijo:"...bésame..." besé su boca, largamente mientras me movía dentro de su culo y ella me decía entre susurros:

"... si, mi amor, nunca nadie más me cojerá por el culo, te juro, mi hombre..." y volví a besarla, cuando de repente vinieron a mí las ganas para eyacular y entre gemidos, temblores y espasmos estuve muchos segundos arrojando dentro de su culo una gran cantidad de semen.

Luego saqué mi pija de dentro de ella y nos rescostamos tranquilamente los dos fumábamos pero ella lloraba, le dolía su culo y algún peso de conciencia tambien tendría.

Hasta el día de hoy, muy seguido nos encontramos encualquier sitio y únicamente para cojerla por el culo, por la concha la coge mi tío Albert, pero ella me dice que con él no goza.

Por lo general la llamo yo antes a su teléfono y le pregunto: "...¿como está mi tía del alma?... ¿no quiere hoy acostarse a coger con su sobrino?...

Ella entonces me contesta:"... hay, tonto, sabés que siempre estoy para vos... ¿no me conocés acaso, sobrino?... ven a casa hoy a la nochecita... voy a estar solita... Albert tiene una cena con sus compañeros...".

No Se Pudo Resistir



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Cuando me casé, hace ya algunos años, lo hice con una mujer muy linda...

desde donde la miraras era hermosa, hoy día ya no es mi esposa ya que hace algunos años nos hemos separado por circuntancias de la vida.

Mientras nuestro matrimonio duró la hice sexualmente muy feliz, ella también a mi, tan es así que me dió un hermoso par de hijos que son mi debilidad.

Hubo algo que desde que nos casamos fué mi obsesión, hubiera hecho cualquier cosa por su culo, ella era muy arraigada a las tradiciones de familia "ordenada" y no aceptaba nada que fuera contra su manera de pensar.

Nunca había visto un culo tan provocador, tan hermoso como el culo de mi mujer.

De todos modos la fuí convirtiendo, poco a poco en una mujer liberal y liberada, cada vez que cogíamos, lo hacíamos en forma desenfrenada, totalmente desnudos, con espejos por todos lados y yo saboreaba sus pezones, su concha, luego me la cogía y la hacía acabar varias veces provocándole suspiros, gemidos, y decenas de orgasmos.

Le enseñé a moverse como una vívora y le susurraba continuamente:

"...acaba para mí, mi amor, acaba para mi...".

Muchas veces le provocaba rubor, me decía: "...que loco!!...", pero de a poco me dejaba hacer y ella terminaba gozando como una desenfrenada y acabando como una vaca, loca de placer.

Una noche estaba yo demasiado exitado, tomé coraje como nunca y luego de una de mis "sesiones" de lengua en su concha y en todo su cuerpo y cuando noté que estaba ella también demasiado excitada, la dí vuelta sobre la cama, abrí sus piernas con las mías y puse mi pija en su culo sin forzarla, le propuse:

"... mi amor, necesito tu culo, quiero que te la dejes meter...".

Ella se negó terminantemente ... se enfrió... para mi fué

una frustración porque ella ya no tuvo ganas de sexo.Al otro día el inconveniente estaba superado, continuamos nuestra vida sexual normal, yo ya no le mencioné mis ganas por su culo, de todos modos me

volvía loco por el resto de su cuerpo.

Algun tiempo después noté que cuando estábamos

cogiendo ella daba vuelta su cuerpo, atrapaba mi pija entre sus nalgas y comenzaba a hamacarse. Se notaba que quería complacerme, al menos con algo de lo que yo pretendía. Me hacía gozar como loco con sus movimientos.

Cuando yo intentaba poner la punta de mi pija en su culo, con suavidad se retiraba, se daba vuelta y continuábamos como a ella le gustaba.

Un día, estando yo muy excitado, como siempre nos fuimos a la cama buscando otra noche de amor. Ella estaba distinta. Lo noté cuando nos acostamos y la abrasé con toda la sensualidad de que yo era capaz.

Me sorprendió lo que ella me dijo:

"...Ingel, mi amor, todo este tiempo estuve pensando en tu propuesta de cogerme por el culo, cada vez que lo pienso me excito... una noche de estas me decidiré a que me des una noche de locura y que me cojas por el culo..."

Le respondí:

"...mi amor, quiero que tu noche de locura sea hoy..."

Diciendo esto me levanté y sin dejarla responder fuí a buscar un extraño artefacto que había comprado hace ya mucho y que ella no había permitido que lo usara... un vibrador que descansaba tranquilamente en el ropero a la espera de tiempos mejores.

Volví a la cama ella estaba completamente desnuda, vió el vibrador y se ruborizó, me acerqué a su cuerpo y comencé a pasárselo por su piel. Al rato estaba ella al borde del paroxismo, gozando como nunca, le hice abrir las piernas y comencé a introducir el aparato en su concha, ella se excitaba por la forma en que yo lo manejaba y también con el zumbido sordo del vibrador.

Yo trabajaba con el aparato a la vez que chupaba su clítoris provocando en ella extrañas contorsiones de placer mientras con sus manos me masturbaba, algo que era también la primera vez que me hacía.

Le expresé:

"... ahora, mi amor, necesito tu culo, por favor..."

Me dijo:

"... si, mi amor, dame despacio, querido... ahora..." y se dió vuelta en la cama ofreciéndome su espalda.

En ese momento sentí que se cumplía mi sueño, un sueño que estuve esperando mucho tiempo, aunque tal vez menos que el que a mi me

parecía. Recorrí con caricias excitantes su espalda, su cuello, sus

piernas, tomándome todo el tiempo del mundo para que ella lo desee

cada vez más, metí mi dedo meñique apenas dentro de su culo,

provocando un sacudón de ella que sentía por primera vez, algo dentro de su cola.

Tomé el vibrador y comencé a acariciar con él encendido, el anillo de su ano, pero sin penetrarla, eso quería dejarlo para mí.

Le dije:

"... chúpame la pija, mi amor, así entra con más facilidad...".

..Si, mi amor..." me contestó "... ven para aquí...".

Acerqué mi pija a su boca y comenzó a chupar con deleite y a empaparme

la pija, los huevos, los pelos... estaba muy excitada...

fuera de control... gemía y gemía y me pedía:

"... no me hagas esperar más,

mi amor, damela con todo...

rompeme el culo...

lo necesito mi amor... ahora mismo..."


Me puse entre sus piernas, apoyé la cabeza de mi pija en el anillo de su culo y comencé con cuidado a empujar.

Ella primero rehuía, solo se movía, hasta que levantó su cintura, entonces supe que ya estaba dispuesta.


Empuje con algo de fuerza, sentí como su anillo se abría y mi cabeza entraba. Sentí como su anillo se cerraba

alrededor de mi miembro provocándome un placer sin igual y recién estaba

penetrando, con suavidad, con

mucha paciencia.

Ella jadeaba, se quejaba pero me dejaba hacer.

Al rato comienza a moverse acompasadamente buscando su goce y decidí a penetrarla con todo.

Le dije:

"...mi amor, allí va toda, es toda para tí, gózala, mi amor...",

hice mi cintura para atrás y di un fuerte empellón. Mi pija entera se deslizó dentro de su culo.

Allí ella gritaba y decía que no aguantaba, trataba de zafarse pero allí le era imposible, me decía:

"... me rompiste... me rompiste..."

Al rato de haberla penetrado, ella se fué serenando, gozando, acostumbrándose a mi pija dentro de su culo.

Yo acabé al rato pero no quería sacársela, mi miembro en ningún momento dejó de estar rígido, totalmente

metido en esa inigualable y suave funda que es el culo de mi mujer y su incomparable anillo.

Cuando se la saqué, muchos minutos después, ella a pesar del dolor que todavía persistía mostraba un

semblante pleno de felicidad completa, esperando muchas noches similares de sexo sin límites.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Mercedes y la gripe

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Como a todos nos sucede, también a mí un día como muchos otros, me dió la gripe.Un fuerte resfriado hizo que tuviera que mantenerme en cama durante dos días, tal como me lo había indicado el médico de la familia.

Temprano mi esposa, como siempre, salió para su trabajo, a las siete de la mañana, recuerdo que en ese entonces su horario se estiraba hasta las 5 de la tarde.

Algo después de las ocho también partió mi hija Jazmín,de catorce años hacia el colegio, quedándome yo en cama y el niño Benjamín de dos en su cunita durmiendo.

En casa quedó alguien más, se llamaba Mercedes y era la chica que hacía tiempo colaboraba en casa con el cuidado de los niños, Mercedes tenía casi catorce años también, era menor que Jazmín y, creo, tan inocente como ella.

Hasta ese momento jamás había yo tenido alguna intención avieza con ella, yo soy y siempre fuí una persona muy respetuosa, jamás se me hubiese ocurrido pretender tener algo, sexualmente hablando, con ella.

En ese momento tenía yo treinta y cinco años bien llevados y muy activo en el sexo con mi mujer (que estaba y está muy buena)y con alguna otra que se me "cruzara" en el camino.

Ese día había yo quedado excitado ya que mi mujer estaba demasiado hermosa cuando se fué y yo, a pesar que la noche anterior la había gozado cuantiosamente, me quedé con unas enormes ganas de seguir cogiéndola.

No podía dominarme y tenía permanentemente la pija parada, con lo mínimo que pensara en ella.Luego que Jazmín hubo partido para la escuela yo volví a dormirme así como estaba, con la pija parada.

Como a las diez, me desperté porque alguien me hablaba, era Mercedes que había entrado en la habitación y me pedía dinero para ir a comprar el pan.

Mientras le contestaba noté que ella miraba de soslayo mi pija parada, la que se notaba bien a traves de la frazada, ya que gracias a Dios, tengo una pija de bastantes buenas dimensiones (20 cm de largo y siete de diámetro) y es por lo tanto bien notable si está de esa manera.

Ella también se dió cuenta de que "yo me había dado cuenta" y su rostro tomó un color rojo fuerte, la vergüenza y la timidez se había apoderado de ella.

Yo no dije nada, como si nada hubiese pasado, ella,obviamente,tampoco dejó traslucir nada.Solo su sorpresa y su vergüenza.

Se fué, al rato volvió y dijo que venía a traerme el vuelto del dinero que le había dado.

En esta oportunidad volvió a mirarme el cuantioso bulto que antes la había sorprendido.Rápidamente volvió a irse. Ruborizada.

Volvió a entrar y me preguntó si le preparaba la leche al bebé. Seguía mirándome como al pasar, la pija. Aunque tengo que confesar que esta última vez que Mercedes pareció sorprenderse con el bulto de mi berga, me pareció ver en sus ojos un brillo distinto, una especie de picardía de algo que parecía hacer que tuviera un gusto especial en mirarme e imaginarme mi pija y que además estuviese deseando "algo más" que el mirar. Ese pensamiento que me surgió de repente hizo que también mi mirada hacia ella cambiara y dejara de verla como una joven para pasar a verla como una mujer deseable, seductora, prometedora.

Yo le dije que no para el bebé pero que para mí me trajera un café negro.

Yo me estaba excitando con ella, ya trataba de disimular escondiendo la pija entre mis piernas para que no la notara.

Minutos después me trajo el café. Se acercó a mí para atenderme, cuando de repente cayó algo de azucar sobre la parte alta del pijama, entonces agarro una servilleta y se puso a limpiarme el pijama diciendo:..."oh, señor, perdone por favor, que tonta que soy"...

Le dije,..."no importa, Mercedes, no es nada, no te preocupes"...

Tuve el impulso de tomarle la mano y ella la retiró con suavidad y se fué, como siempre ruborizada.

Varios minutos después volvió y me comentó que le dolía algo la cabeza, le pregunté si se quería ir a casa y me dijo que no, le ofrecí una aspirina y me dijo que iba a ir a la cocina a buscar un vaso con agua. Volvió con su vaso, yo me incorporé en la cama, abrí el cajón de la mesa de luz y le alcancé una aspirinas. Se sentó a un lado de la cama y se la tomó, yo la observaba, mientras me volvía a excitar y mi pija volvía a pararse.

De repente estiré la mano hacia sus cabellos y se los toqué diciéndole: ..."que lindo color de cabellos tienes"... ella no me dijo nada, solo agachó la cabeza y me dejó tocárselos. Sin más palabras comencé a acariciarle la cara, suavemente, su mentón, sus pómulos, su frente, ella seguía con su cabeza gacha y a mi me daba cada vez más excitación, quería tocarla más, le toqué entonces su cuello, sus labios, sus hombros por sobre su ropa.

Se me ocurrió besarla, me estiré hacia ella y le dí un suave beso en la comisura de sus labios. Ella brincó, se incorporó y intentó salir del dormitorio, totalmente roja la piel de su cara.

Le pedí: ..."Mercedes, ven aquí"....

..."no señor"...-me contestó-..."tengo que hacer"..., Se la notaba turbada, avergonzada, con miedo.

Le repetí:..."ven Mercedes, no temas"...

Volvió cerca mío, le tomé nuevamente la mano y le dije que se sentara nuevamente en la cama, me dijo:..."puede venir la señora"...

..."No temas"...-le repetí- y le pregunté ..."¿tienes novio?"... ..."no"... -me contestó- ..."nunca lo tuve"...

Le pregunté: ..."que esperas de un hombre?"...

..."No se que esperar, temo a los hombres"... -dijo entonces-

..."Debes conocer entonces a un hombre"... -le respondí- y fui llevando la mano que le tenía asida, hacia mi pija, que parecía reventar e hice que Mercedes me acariciara mi berga, ayudada por la mano mía y con resistencia de ella, resistencia que fue abandonando de a poco a medida que, al parecer le iba gustando lo que tocaba, fue perdiendo la vergüenza y ella misma hacía los movimientos para acariciármela siempre con su cabeza gacha y totalmente ruborizada.

Con la mano que yo tenía libre me corrí la ropa y metí su mano directamente acariciando mi pija, sin ropa de por medio, ella atinó a susurrar:..."¡que grande!".... En unos minutos estaba yo listo para eyacular, decidí hacerlo, no me detuve... comencé a moverme con más fuerza, a gemir.

..."Que le pasa, señor"... - me dijo- ..."está mal?"...

..."No, tesoro, estoy rebien, estoy por eyacular"... -le dije- ella como con ternura, cerró su mano alrededor de mi pija, le pedí que moviera la mano con más velocidad. Su pequeña mano no alcanzaba a rodearla, comencé a acabar en su mano, acabé todo lo que había juntado desde las ocho de la mañana que era mucho, su mano quedó cubierta de mi sémen.

..."Que es esto?"... -me dijo-

..."Es mi semen"..., -le expresé y le pregunté :..."te gustó lo que hicimos?"...me contestó le gustó lo que sintió cuando yo estaba "haciendo eso" (acabando) y me dijo que se iba a lavar la mano llena de semen como la tenía.

Le pedí que antes de lavarse yo quería verla lamiendose el semen de la mano, eso hizo, siempre mirando al suelo, con vergüenza y expresó..."que salada!"...

Le pedí que se acostara al lado mío, me preguntó para qué, si ya "había hecho eso".

Sin decirle nada la tomé de sus hombros y con delicadeza la acoste a mi lado, yo tenía nuevamente la pija re-parada, ella se resistía a acostarse, yo la sujetaba con algo de firmeza al colchón y casi no la dejaba moverse, le dije:..."quiero que sientas mi pija dentro tuyo, tesoro... yo te necesito"...

..."Es que usted tiene "eso" muy grande"...-contestó- ..."y yo nunca lo hice"..."no quiero, señor, no quiero"....

Mientras eso decía yo iba sacándole su ropa y acariciándole sus partes íntimas.

De repente safó e intentó correr, yo fuí tras ella la tomé de un brazo, la coloqué nuevamente sobre la cama, le corrí la ropa, con mis piernas abrí las suyas y quedamos a la posición perfecta para penetrarla. Ella estaba asustada pero noté que también estaba caliente, muy caliente, muy, muy excitada. Apoyé la cabeza de mi pija en su concha, sin penetrarla todavía pero meneándome suavemente, ella que primero escondía llevando las caderas hacia atrás todo lo que podía y con sus manos rechazaba mis brazos, de a poco fué aferrándose a ellos y a darme su concha para que se la penetre, hice algo de fuerza y dijo que le hacía doler "eso" (la pija) .

Agarré de sobre la mesa de luz una crema, puse esa crema en mi mano y luego se la pasé en su concha y le dije:..."con esto no te va a doler"... seguí meneándome suavemente para nuevamente darle confianza, luego de varios minutos comencé a hacer fuerza, comencé a penetrarla, ella empezó a decir nuevamente que "eso" (la pija) le hacía doler. Apenas le había metido la cabeza, ella lloraba y decía:..."déjeme, señor, le voy a decir a mi papá"..."me duele mucho!"...

Mercedes era de cuerpo chico, no me dejaba espacio para metérsela toda, agarré sus piernas y las puse sobre mí, empujé con mucha más fuerza y casi toda mi berga estuvo dentro suyo en minutos, ella decía llorando: ..."señor, "eso" me lastimó, me hizo sangrar"...yo en ese momento no la escuchaba, solo gozaba, metiendo y sacando mi linda berga de adentro de

Mercedes, hasta que empezó a gozar ella también, yo la esperaba para que "acabe" haciéndolo suavemente cuidadosamente, al rato se empezó a mover cadenciosamente y también con suavidad, comenzó a quejarse, a gemir, a buscar asu gozo, empezó a apretarme con sus piernas, con sus manos, hacía su cabeza hacia atrás, movía su cuerpo sobre la cama, se notaba que con placer, sus ojos abiertos y sus pupilas escondidas en los párpados, arriba. Con sus manos me acariciaba los brazos, cuando de repente con sus brazos me abrazó.

Noté que estaba por acabar y comencé a decirle:..."así, mi amor, acaba para mi, hazme feliz... acaba, mi amor, acaba..."

A medida que Mercedes iba llegando a su punto exacto para acabar, yo también. Noté que le venía y comencé a empujar con violencia para acabar junto con ella, me la estaba re-cojiendo y ella ya había encontrado su placer, y también se movía con alguna violencia. Toda mi pija adentro ya no le dolía (o se había olvidado del dolor). Solo gozaba y yo era el que la estaba haciendo feliz por primera vez.

Con los más hermosos movimientos, suspiros y gemidos de ambos, empezamos a acabar, largos segundos estuvimos acabando y ese fué el comienzo y el premio de un hermoso romance que aún perdura, ella ya tiene 32 años y continuamos haciéndonos felices entregándonos el uno al otro sin concesiones. Nuestro primer hijo vino al mundo cuando Mercedes cumplió los 16 y luego tuvimos tres hijos más. Todos varones como su papá.