lunes, 14 de septiembre de 2009

No Se Pudo Resistir



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Cuando me casé, hace ya algunos años, lo hice con una mujer muy linda...

desde donde la miraras era hermosa, hoy día ya no es mi esposa ya que hace algunos años nos hemos separado por circuntancias de la vida.

Mientras nuestro matrimonio duró la hice sexualmente muy feliz, ella también a mi, tan es así que me dió un hermoso par de hijos que son mi debilidad.

Hubo algo que desde que nos casamos fué mi obsesión, hubiera hecho cualquier cosa por su culo, ella era muy arraigada a las tradiciones de familia "ordenada" y no aceptaba nada que fuera contra su manera de pensar.

Nunca había visto un culo tan provocador, tan hermoso como el culo de mi mujer.

De todos modos la fuí convirtiendo, poco a poco en una mujer liberal y liberada, cada vez que cogíamos, lo hacíamos en forma desenfrenada, totalmente desnudos, con espejos por todos lados y yo saboreaba sus pezones, su concha, luego me la cogía y la hacía acabar varias veces provocándole suspiros, gemidos, y decenas de orgasmos.

Le enseñé a moverse como una vívora y le susurraba continuamente:

"...acaba para mí, mi amor, acaba para mi...".

Muchas veces le provocaba rubor, me decía: "...que loco!!...", pero de a poco me dejaba hacer y ella terminaba gozando como una desenfrenada y acabando como una vaca, loca de placer.

Una noche estaba yo demasiado exitado, tomé coraje como nunca y luego de una de mis "sesiones" de lengua en su concha y en todo su cuerpo y cuando noté que estaba ella también demasiado excitada, la dí vuelta sobre la cama, abrí sus piernas con las mías y puse mi pija en su culo sin forzarla, le propuse:

"... mi amor, necesito tu culo, quiero que te la dejes meter...".

Ella se negó terminantemente ... se enfrió... para mi fué

una frustración porque ella ya no tuvo ganas de sexo.Al otro día el inconveniente estaba superado, continuamos nuestra vida sexual normal, yo ya no le mencioné mis ganas por su culo, de todos modos me

volvía loco por el resto de su cuerpo.

Algun tiempo después noté que cuando estábamos

cogiendo ella daba vuelta su cuerpo, atrapaba mi pija entre sus nalgas y comenzaba a hamacarse. Se notaba que quería complacerme, al menos con algo de lo que yo pretendía. Me hacía gozar como loco con sus movimientos.

Cuando yo intentaba poner la punta de mi pija en su culo, con suavidad se retiraba, se daba vuelta y continuábamos como a ella le gustaba.

Un día, estando yo muy excitado, como siempre nos fuimos a la cama buscando otra noche de amor. Ella estaba distinta. Lo noté cuando nos acostamos y la abrasé con toda la sensualidad de que yo era capaz.

Me sorprendió lo que ella me dijo:

"...Ingel, mi amor, todo este tiempo estuve pensando en tu propuesta de cogerme por el culo, cada vez que lo pienso me excito... una noche de estas me decidiré a que me des una noche de locura y que me cojas por el culo..."

Le respondí:

"...mi amor, quiero que tu noche de locura sea hoy..."

Diciendo esto me levanté y sin dejarla responder fuí a buscar un extraño artefacto que había comprado hace ya mucho y que ella no había permitido que lo usara... un vibrador que descansaba tranquilamente en el ropero a la espera de tiempos mejores.

Volví a la cama ella estaba completamente desnuda, vió el vibrador y se ruborizó, me acerqué a su cuerpo y comencé a pasárselo por su piel. Al rato estaba ella al borde del paroxismo, gozando como nunca, le hice abrir las piernas y comencé a introducir el aparato en su concha, ella se excitaba por la forma en que yo lo manejaba y también con el zumbido sordo del vibrador.

Yo trabajaba con el aparato a la vez que chupaba su clítoris provocando en ella extrañas contorsiones de placer mientras con sus manos me masturbaba, algo que era también la primera vez que me hacía.

Le expresé:

"... ahora, mi amor, necesito tu culo, por favor..."

Me dijo:

"... si, mi amor, dame despacio, querido... ahora..." y se dió vuelta en la cama ofreciéndome su espalda.

En ese momento sentí que se cumplía mi sueño, un sueño que estuve esperando mucho tiempo, aunque tal vez menos que el que a mi me

parecía. Recorrí con caricias excitantes su espalda, su cuello, sus

piernas, tomándome todo el tiempo del mundo para que ella lo desee

cada vez más, metí mi dedo meñique apenas dentro de su culo,

provocando un sacudón de ella que sentía por primera vez, algo dentro de su cola.

Tomé el vibrador y comencé a acariciar con él encendido, el anillo de su ano, pero sin penetrarla, eso quería dejarlo para mí.

Le dije:

"... chúpame la pija, mi amor, así entra con más facilidad...".

..Si, mi amor..." me contestó "... ven para aquí...".

Acerqué mi pija a su boca y comenzó a chupar con deleite y a empaparme

la pija, los huevos, los pelos... estaba muy excitada...

fuera de control... gemía y gemía y me pedía:

"... no me hagas esperar más,

mi amor, damela con todo...

rompeme el culo...

lo necesito mi amor... ahora mismo..."


Me puse entre sus piernas, apoyé la cabeza de mi pija en el anillo de su culo y comencé con cuidado a empujar.

Ella primero rehuía, solo se movía, hasta que levantó su cintura, entonces supe que ya estaba dispuesta.


Empuje con algo de fuerza, sentí como su anillo se abría y mi cabeza entraba. Sentí como su anillo se cerraba

alrededor de mi miembro provocándome un placer sin igual y recién estaba

penetrando, con suavidad, con

mucha paciencia.

Ella jadeaba, se quejaba pero me dejaba hacer.

Al rato comienza a moverse acompasadamente buscando su goce y decidí a penetrarla con todo.

Le dije:

"...mi amor, allí va toda, es toda para tí, gózala, mi amor...",

hice mi cintura para atrás y di un fuerte empellón. Mi pija entera se deslizó dentro de su culo.

Allí ella gritaba y decía que no aguantaba, trataba de zafarse pero allí le era imposible, me decía:

"... me rompiste... me rompiste..."

Al rato de haberla penetrado, ella se fué serenando, gozando, acostumbrándose a mi pija dentro de su culo.

Yo acabé al rato pero no quería sacársela, mi miembro en ningún momento dejó de estar rígido, totalmente

metido en esa inigualable y suave funda que es el culo de mi mujer y su incomparable anillo.

Cuando se la saqué, muchos minutos después, ella a pesar del dolor que todavía persistía mostraba un

semblante pleno de felicidad completa, esperando muchas noches similares de sexo sin límites.

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